Las Visitas

Algo de nuestra historia...

Es un poco extraño escribir de la historia personal, pero ahí va...

Desde hace varios años a la fecha, junto y junto recetas; siempre pensando en que algún día estaría casada y necesitaría de un recetario propio o a la mano, para poder cocinarle a la familia.
Un día cualquiera, a partir de una que me pareció interesante, "un pan con semillas", me puse manos a la obra y, me instalé en la cocina.
Comencé por buscar los ingredientes y de a poco, conforme leía, se fue formando la masa.
Yo había visto a mi mamá, cada vez que hacía empanadas, poner su masa dentro de una bolsa plástica, sin aire, para poder conservar la humedad de la misma. Pues cuando tuve mi masa lista, hice exactamente lo mismo con ella, lo que había visto miles de veces.... El problema fue que esa parte de la receta, no sé por qué no la atendí y, entonces feliz y confiada puse esta gran bola de masa, de un riquísimo aroma, por cierto, dentro de la bolsa y, al igual que mamá, me ocupé de sacarle todo el aire, dejándola bien sellada.
Luego de un rato, la saqué, la volví a amasar, le di la forma recetada, la dejé reposar nuevamente y, por fin la llevé al horno.
No se pueden imaginar lo ansiosa y deseosa que estaba de llegar al momento de probar este trabajoso, pero aromático "bocado". Creo que el pan estuvo mucho más de una hora en el horno y, para sorpresa y asombro mío, este nunca crecía... mmmmmmm... me parecía tan extraño, pero en todo momento creí que así era el proceso.
Lo saqué del horno, esperamos que se enfriara y, llegó el tan esperado momento de degustarlo.
Les confieso que tenía buen sabor y olor, pero su look era como de estar crudo y, por supuesto, quedó crudo.....buuuuuuuu!!!
Lloré mucho y sentí que en qué mal momento se me ocurrió ponerme a hacer algo que ni conocía.... ¡sí!, como lo leen... mucha fue la decepción...
Como a las dos semanas después pensé que lo quería volver a hacer, a pesar de que ya lo había pasado mal la vez anterior...
Entonces fue que lo hice de nuevo, tal como decía la receta, pero además considerando aquella parte en que decía que "había que dejarlo reposar en un bowl con un paño encima"...parece divertido, pero es así.

Luego de un rato, en que había leudado, fue una sorpresa maravillosa verlo cómo había crecido, era algo ¡increíble! Después de armar los bollos, dejarlos reposar nuevamente, y finalmente hornear, creo que se vio lo mismo que vi en la foto de la receta; un pan gordito, esponjoso, con un aroma atractivo y con un sabor increíble...
Mi nana Mari fue la persona que me convenció de que lo vendiera y mi suegra mi primera clienta. Fue ahí cuando nació el primer logo:




A partir de ese momento he estado imaginando combinaciones de ingredientes, creando recetas variadas de panes, bollos para trozar, otros para cocktail, etc... cada una con la idea de hacer que el pan ya nunca más sea sólo para empujar lo que queda en el plato de comida, sino como algo que no quieras dejar de comer; sólo o acompañado… la idea principal es que el pan sea el protagonista de tu mesa y compartir inigualables momentos en torno a este maravilloso, pero noble producto...

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